La publicidad

Es curioso esto de los creativos publicitarios y los anuncios. Hay anuncios muy, pero muy buenos. Esos los recordamos. Y como los recordamos, pues nos queda el mensaje de lo que anuncian. Objetivo conseguido.

Otros anuncios son malos o al menos parecen chorras. Pero es como los chistes malos; decimos «Â¡qué malo!«, pero nos reí­mos. Total, que de estos anuncios, por lo malo también nos queda el mensaje de lo que anuncian. Objetivo conseguido de nuevo.

Esto viene a cuenta porque llevo dí­as escuchando un anuncio por al radio que me hace gracia de lo chorra que es. El tema va de un menda que llama por teléfono al hotel donde parece que se ha hospedado y le dice al que coge el teléfono:

  • Menda: – Creo que me he dejado la maquinilla de afeitar en la habitación 3.
  • Conserje: – Lo siento señor, pero la hemos tirado.
  • Menda: – No se preocupe, no pasa nada, si era desechable.

Y me hace exclamar indefectiblemente: «Joder, si era desechable para que cojones llamas».

Porque es que se ha gastado más en la llamada que en comprarse otra maquinilla. Y además, si no la han tirado, que hace, ¿vuelve a por ella? ¿A por una desechable? ¿Le pide que se la enví­en por correo urgente o a través de una empresa de paqueterí­a? Hombre, si es porque le tuviera cariño a la maquinilla, vale. Pero La cantidad de recursos para RECUPERAR una maquinilla DESECHABLE no me parece adecuado :-)

El caso es que por chorra que es al anuncio, al final lo que comentaba: no se me olvida. Objetivo conseguido.

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