Marisol es una mujer sudamericana, creo recordar que peruana, pero en todo caso da igual, que trabaja en el aeropuerto de Madrid-Barajas, en la T-4. Su trabajo es de limpiadora y hace 3 años se encontró 20.000$ mientras limpiaba. Ella, honesta como es, entregó ese dinero a sus jefes.
Pues bien, ahora sus jefes la han llamado y le han dado los 20.000$ porque nadie los ha reclamado.
Yo creo que esto debería venir el Vaticano a verlo, porque ha sido un milagro. O varios.
No se si el milagro es que ella hace tres años actuara con honestidad y entregara ese dinero a sus jefes o que sus jefes actuaran con la misma honestidad que ella y ahora la llamen y se lo devuelvan porque han pasado 3 años sin que nadie lo reclamara. Es más, habría que investigar si el verdadero milagro es que, estando como estamos, Marisol desde hace tres años al menos, tiene trabajo y lo conserva.
Bueno, felicidades Marisol. Te las mereces por honrada.