Haití­: vergüenza mundial

El terremoto de Haití­ deja al mundo con las vergüenzas al aí­re. Es increí­ble que las ayudas no puedan llegar porque las pocas y ya de por sí­ defectuosas infraestructuras estén destrozadas por el terremoto. Después de las imágenes que vemos por televisión, con las calles cubiertas de cadáveres y la gente peleando por restos de comida, es una vergüenza que los gobiernos como el estadounidense sea capaz de desplegar en un tiempo mí­nimo miles de soldados, vehí­culos y demás enseres necesarios para una guerra y no sean capaces de hacer lo mismo en caso de estas desgracias humanitarias. Si no se puede llegar por tierra habrá que llegar por aí­re y los helicópteros de transportes de la mayorí­a de los ejércitos modernos son capaces de transportar miles de toneladas en material e incluso algunos vehí­culos. No creo que costara tanto trabajo el hacer llegar la ayuda en forma de alimentos, agua y medios sanitarios y médicos en esos enormes helicópteros. Pero claro, Haití­ no tiene ni petróleo ni minas de oro no nada de lo que poder sacar tajada, por lo tanto no nos interesa, no hay beneficio que sacar, no hay donde rascar.

Parece que todas las desgracias les ocurre a los más pobres, pero no es así­. Simplemente es que los más ricos saben lo que puede ocurrir y no vive en las zonas donde ocurren las catástrofes. O si, como en Japón, viven donde pueden ocurrir catástrofes, están preparados para resistirlas. Dónde viven los pobres sólo pueden construir casa para el dí­a a dí­a, de forma que en cuanto llega la naturaleza con toda su fuerza no aguantan ni la primera bofetada.

Mientras ocurre todo lo que estamos viendo por televisión, el gobierno de Haití­ está desaparecido y no precisamente bajo los escombros.

Hay varios deportistas de élite y actores de Hollywood que ya han hecho grandes donaciones –Tigger Woods, 3 millones de dólares- para ayudar. Ahora veremos dónde llegan esas donaciones y a qué se dedican. Esperemos que para bien.

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