O sea, casi como siempre: el Madrid gana sin despeinarse y el Atleti pierde, pero esta vez también sin despeinarse. Porque el Madrid hizo poco, pero el Atleti es que no hizo nada. La verdad es que en la primera parte tuvimos mala suerte con los palos. Después teníamos enfrente como siempre a un Casillas que no se parece nada a nuestro Abbiati.
En fin, no me dió tiempo sentarme y ya nos había colado un gol el de siempre, Raúl. Todo el mundo le hecha la culpa a Pablo por perder el balón ante Robinho, pero la verdad es que el resto de la defensa se queda mirando como entra Raúl a rematar como Pedro por su casa. Esto es lo que no se puede permitir. Que me pase a mi que me dedico a esto del fútbol como diversión y en vez de cobrar pago para hacerlo, pase. Pero a jugadores que cobran una pasta gansa a estas alturas
no se les puede permitir esto.
Si nos vamos al segundo gol, otra vez las culpas para Pablo. Vamos a ver, si Abbiati está dentro de su porteria cuando remata Van Nistelrooy, evidentemente el rechace se irá para dentro. Si hubiera estado fuera de la portería, al parar el tiro del holandés el balón habría ido al palo o a corner, y no se hubiera colado en la portería.
El resto, excepto Agüero, se borraron durante toda la segunda parte. Así no se puede hacer nada. Ya dije antes del derbi que Aguirre me daba miedo. Mis presagios finalmente se cumplieron, porque como decía entonces tenía esperanzas, que es lo que tenemos siempre los atléticos en los derbis, pero las certezas solo las tienen ellos.