Cogido de la página de Facebook de una compañera, Xavi Castillo, un humorista valenciano, suele interrumpir sus monólogos haciendo una observación sencilla: ¡¡¡Aquí alguien del PP tiene que haber, porque si no mí no me salen las cuentas!!!
A mí tampoco me salen las cuentas. Y, por tanto, en esta entrega de la guía útil para salir a la calle sin que nos caiga la cara de vergüenza, quiero hablar de uno de los fenómenos más extraños, del ya de por sí extraño comportamiento humano. Es un fenómeno que no por extraño deja de ser de lo más habitual y nos puede aportar mucha luz para entender cómo hemos podido llegar a tener el panorama político actual.
Los últimos estudios sociológicos que se han realizado a tal efecto demuestran que uno de los motivos que explica este misterio es la existencia de los re-peperos (del PP, Pero Pobre).
Son una tipología de seres humanos que desafían todas las leyes del entendimiento y la lógica. Son personas de clase media-baja, trabajadores, asalariados de toda la vida y con sueldos de mierda que votan insistentemente al PP.
No hay que confundir a los peperos (gente que vota al PP para defender sus propios intereses) con los re-peperos (que también votan al PP y nadie entiende por qué. Es un grupo muy mimetizado dentro de la sociedad y a simple vista pasan desapercibidos. Pero con un poco de atención son fácilmente identificables. Lo primero que necesitamos para localizarlos es un pequeño cuestionario como el siguiente:
- Ante cualquier pregunta sobre la actualidad política ellos dirán que no entienden de política, que son apolíticos. Pero curiosamente, votarán al PP (lo que confirma su premisa de que, efectivamente, no entienden de política).
- Si les preguntas qué opinan sobre los casos de corrupción de los políticos, ellos responderán que todos los políticos son iguales. Por el contrario, la respuesta será muy diferente si el político corrupto es de izquierdas.
- Si les preguntamos sobre el paro y la situación laboral del país no tardarán mucho en sacar el recurrente tema de los inmigrantes. Y es que, curiosamente, ellos se sienten unos pobres desgraciados (como lo son la mayoría, en el mejor sentido de la palabra) y tienen una enfermiza animadversión hacia todos aquellos que lo pasan aún peor y se encuentran en una situación bastante más desfavorecida. Este curioso aspecto, lo trataremos más adelante.
- Si después de estas preguntas, notáis una cierta incomodidad, es normal. Tened en cuenta que esta gente es de la teoría de que en esta vida más vale no significarse. Claro que, gracias a esta útil guía, se les ha acabado el tiempo del anonimato.
- Una vez identificado al sujeto re-pepero es importante entender a qué se debe este extraño comportamiento y qué causas son las que lo provocan:
- La catarsis del lameculos: Fenómeno psicológico por el cual, personas de la clase media-baja con recursos económicos limitados, acaban pensando que si están con los que tienen el poder y el dinero algo acabará pegándose. Y, a pesar de que jamás ven el más mínimo resultado a lo largo de toda su vida, les da igual y continúan apoyando a los ricos y a los poderosos.
- La catarsis del desgraciado: Este desviamiento psíquico está inversamente relacionado con el anterior y por el mismo proceso mental por el que piensan que la riqueza se puede pegar, también creen que la pobreza se puede contagiar. Es por este motivo que estos sujetos desarrollan una enfermiza animadversión hacia aquellas personas que todavía son más pobres que ellos, como marginados, inmigrantes, etc.
- De la convivencia de estas dos catarsis en la psique de estos sujetos se derivan actitudes como las de despreciar la enseñanza pública y querer llevar a sus hijos a colegios privados o concertados, hablar a sus hijos en castellano, a pesar de que los padres sean valenciano parlantes, arremeter con rabia contra políticos de izquierda que tienen una posición económica superior a la de ellos.
- Tambien padecen el Síndrome de Estocolmo, ya que se encuentran mejor si apoyan a aquellos que, tan pronto como puedan, y gracias a sus votos, recortarán sus derechos, endurecerán sus condiciones laborales, y les joderán todo lo que puedan. Ellos felices y contentos. Tambien hay algunos psicólogos que ven influencias de prácticas masoquistas que más allá del sexo disfrutan infligiéndose dolores sociales y económicos. Pero esta no es mi especialidad y no tengo mucha más información al respecto.
Con todo esto, ya sois capaces de localizar a los re-peperos y reconocerlos.