Al final, tablas

Así­ han quedado los dos enfrentamientos entre Atlético de Madrid y Liverpool, empate en los dos partidos y ambos a un gol. Y Fernando Torres al final en la grada sin jugar ninguno de los dos partidos. Ni pa’ tí­, ni pa’ mí­ en nada, ni en victorias, derrotas o Torres.

De todas formas lo mejor de todo ha sido lo de las dos aficiones, tanto Madrid y en el Vicente Calderón como en  Liverpool y en Anfield. Si hace unas semanas atrás comentaba la sana envidia que me dieron los seguidores del Villareal y el Celtic, hoy me rindo ante los seguidores de mi Atlético y del Liverpool. Una tremenda lección de deportividad. La pena es que sea sólo con ciertos equipos, en ciertos momentos y por cosas absurdas como que ambos tengamos a Torres como nexo de unión. Aunque al menos tenemos ese nexo que evita los malos rollos y que hayamos visto una ida y una vuelta de la Liga de Campeones con tal deportividad, en la grada y en el campo. Lo que de verdad me jode es lo poco que se hacen eco los medios de ello y lo mucho que hubieran publicado sobre cualquier pequeño incidente. En vez de ensalzar lo bueno para ver si se repite se dedican a ensalzar lo malo, para que se repita y tener más que escribir la próxima vez. ¡Ojo! No digo que la prensa sea la culpable de los incidentes que ocurran, pero si que es verdad que lo que es noticia normalmente es lo que da morbo y no la normalidad.

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Sana envidia

Y satisfacción también. El comportamiento de las aficiones del Villareal y el Celtic con motivo del partido que disputaron de la Liga de Campeones fue de lujo. Compartieron un paella gigante y después se fueron al fútbol. En el partido ganó el que ganó. Pero con el estómago lleno de granos (de arroz) se puede …

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