Un colegio público de la localidad madrileña de El Álamo, aún no inaugurado, pero parece ser que, con alumnos ya matriculados, sale a concurso para su privatización y posterior concierto por la Comunidad de Madrid. Y la señora consejera, Lucía Figar, dice que muy bien y que deberían ser más. Que cualquier alcalde que pida que le den un concierto para un nuevo colegio lo va a tener sin problemas, que es como debería ser.
La Federación Española de Religiosos de Enseñanza a través de su secretario regional madrileño, Emilio Díaz, alaba la decisión porque «sale rentable a la Administración Pública«. A la Administración Pública y a aquí a mi hermano, que son los que al final trincan la pasta que se dejan los que matriculan a sus hijos en esos colegios «concertados«, que te sacan la viruta por otro lado, como en actividades de mojar el cuerpo porque sí en la peazo piscina del complejo educo-deportivo-religioso, en clases de castañuelas pilongas o en tocar el pito en SI bemol. Que me sé de casos de una niña con problemas que no se podía bañar en la piscina y, sin embargo, los padres estaban obligados a pagar la actividad porque era de carácter obligatorio.
El tema es que la Administración, comunidad o ayuntamiento de turno, construye un centro con sus presupuestos o bien cede gratuitamente los terrenos para su construcción. A continuación, privatiza la gestión, que es como decirle «toma, ahí tienes para que vendas la mercancía» y así los que recogen son los gestores. La educación se convierte en un lucro desmesurado en vez de en un derecho fundamental. Y con las escuelas infantiles en Madrid ya llevan tiempo así. Las últimas que yo conozco las construye la Comunidad de Madrid, las inaugura la lideresa Aguirre, y después se quedan con el negocio otras gentes privadas. Contratan a educadores/as mileuristas y a vivir que son dos días.
Yo quiero que compren un local, me coloquen las estanterías y el género y después me lo dejen que yo lo vendo y me quedo con lo que recaudo.
Para rematarlo y defender su modo de ver la vida educativa, cada vez emplean menos recursos para la escuela pública, con lo que prácticamente nos obligan a ir a la concertada.
Y aquí mi prima del Pepe tan contenta. ¿De qué tendrá el negocio?