Por fin se hizo la luz y la selección española está en semifinales de la Eurocopa 2008. Por fin nos deshicimos de los italianos y como menos podíamos soñar, de penalty en el último minuto como aquel que dice. Después de un sufrido empate, de soportar de nuevo a un árbitro que se comió no menos de 4 penaltys, de fallar lo indecible, de que Buffon parara lo que le fue -que tampoco es que fuera mucho, por que lo que es tirar entre los tres palos, poco-, después de que Luis volviera a quitar a Torres, el único que había corrido a todos los balones que le mandaron, después de soportar 30 minutos más de prorroga.
Y llegó la tanda de penaltys. Y ahí si que estuvimos como no nos esperábamos y como ellos no se esperaban. Estaban convencidos de que pasaban en los penaltys con la gorra. Y se encontraron con Casillas en la portería y con unos jugadores, que exceptuando a Güiza, teniendo en cuenta que tampoco es que lo tirara mal, no temblaron en ningún momento. Porque está claro que lo que hizo Iker parando dos penaltys a los azzurros no es moco de pavo, pero no nos podemos olvidar que en el otro lado estaban los que debían meter los goles y sobre todo no me imagino lo que tiene que pasar por la cabeza de un jugador como Cesc sabiendo que tiene la responsabilidad de hacer que un equipo y un país entero pase a las semifinales o se pueda quedar como siempre en la nada. Y no falló. Nos metió en semifinales. No le olvidemos.